Brian Currin

(1950) formó parte de la Comisión de la Verdad de Suráfrica y fue coordinador de la Comisión de Revisión de Sentencias de Irlanda del Norte.Ha trabajado en los procesos de paz de Sri Lanka, Ruanda y Oriente Próximo. Y participó en el último proceso de paz vasco.

Perfecto conocedor de la compleja realidad vasca después de su mediación en el último proceso de paz y de su colaboración en el nuevo proyecto de Batasuna, el abogado surafricano Brian Currin mide al detalle sus palabras a la hora de valorar la «crítica» situación actual del conflicto vasco. Asegura que «una base sólida de la izquierda abertzale» respalda la nueva iniciativa política y afirma que tanto Batasuna como ETA «saben que su éxito depende del final de la violencia». Ayer reflexionó sobre '¿Cómo reactivar el proceso de paz?', en una conferencia organizada por Lokarri en San Sebastián.

¿En qué punto sitúa actualmente el conflicto vasco?

Está en un momento crítico. Ha habido un movimiento interno en la izquierda abertzale que ha creado bastante esperanza y expectación, pero que tiene que ser abordado con extrema cautela. Esto no pasa habitualmente y ahora sí estamos en un momento donde sí podría pasar algo.

El fracaso del último proceso de paz generó una gran decepción en la sociedad. ¿Cómo se puede recuperar la esperanza?

Hace falta un clima político totalmente nuevo, no sólo en cuanto a los últimos años, sino en cuanto al último proceso de paz fallido. En los últimos años, que la izquierda abertzale no haya podido participar de forma normal en la vida política por su prohibición ha supuesto falta de transparencia porque los partidos, cualquier partido, no han podido reunirse con ella. El cambio estaría ahí, en que la izquierda abertzale pudiera participar de forma libre en el ámbito político y democrático sin prohibiciones, y eso es lo que ahora mismo está intentando conseguir.

¿Entiende que el Gobierno del PSOE no quiera reabrir una negociación después de los intentos frustrados?

Puedo entender que haya mucha desconfianza después de los últimos procesos de paz, pero en este momento la izquierda aber-tzale no está pidiendo una negociación con Madrid. Su objetivo ahora mismo es dar los pasos para ser legalizada y poder participar en la vida política.

Usted ha participado en el proyecto que está elaborando la izquierda abertzale y por el que han sido detenidos algunos de sus dirigentes como Arnaldo Otegi, ¿cómo recibió la noticia?

Muy mal, fue muy decepcionante porque está bastante claro el proceso en el que estaban estos líderes, y llevarlos a prisión es algo totalmente incomprensible.

¿Cree usted que es sincera la voluntad de la izquierda abertzale de desvincularse de ETA para volver a la escena política?

Creo que tienen dos objetivos. Uno, poder participar en la vida democrática, y el otro, que la violencia acabe. Pero para acabar con la violencia es necesario que la izquierda abertzale se lleve consigo a ETA en el viaje. Separarse de ETA no conseguiría este fin de la violencia, ETA debe ir con ellos en el viaje.

Con un abandono de las armas...

Mi posición ante la violencia es inequívoca, sin lugar a dudas, sin condiciones. La violencia tiene que acabar.

¿Qué recomendaciones ha hecho usted a la izquierda abertzale para su nuevo proyecto?

Es complicado hablar de las conversaciones con la izquierda abertzale, pero mi visión es que si en el siglo XXI no puedes participar en la vida política, ¿cuáles pueden ser tus objetivos? Mi trabajo es plantar las semillas para debatir y discutir sobre algunas ideas, pero todo lo que surja de organizaciones políticas sale de ellos mismos, de sus debates internos y yo no tengo mayor responsabilidad en ello.

¿Cree que en el seno de la izquierda abertzale la mayoría apuesta por un rechazo a la violencia?

No tengo ninguna duda de que se está produciendo un debate, porque llevo quince meses manteniendo una relación bastante regular con muchos miembros de la izquierda abertzale, y creo que hay una base bastante sólida que apoya esta nueva iniciativa, este nuevo paso.

¿Ve necesario un pronunciamiento público de rechazo a la violencia?

Creo que debería darse y tengo la esperanza de que se produzca, aunque no sé si se dará.

¿Cree que eso ayudaría a que el Gobierno les permitiese volver a la política?

Espero que sea así porque es el objetivo. Entiendo las dificultades que trae consigo la Ley de Partidos, pero confío en que un pronunciamiento en ese sentido ayude a cambiarla.

¿Ve factible la creación del polo soberanista, con el rechazo a la violencia que esa unión exige por parte de otros partidos?

Sí es posible, porque la izquierda abertzale cuando empezó a hablar con otros partidos soberanistas sabía que el rechazo a la violencia era una condición.

¿Y cree que ETA va a aceptar esa iniciativa de la izquierda abertzale de rechazo a la violencia?

(Se piensa mucho la respuesta adecuada, dice que tiene que ser cuidadoso) El éxito del proyecto político depende del fin de la violencia. Si no hay un alto el fuego este proyecto no va a tener éxito. Y ETA y la izquierda abertzale entienden o saben que es así.

Usted diferencia entre el fin de la violencia y la desaparición de ETA, ¿por qué?

En Suráfrica, teníamos el brazo armado del Congreso Nacional Africano, y en la nueva democracia sigue existiendo, aunque no ejerce ninguna violencia y no hay necesidad de que desaparezca. En Irlanda, el IRA ha dejado las armas pero también existe. Y aquí pudiera ser que ETA dejara las armas permanentemente y cogiera otro rol totalmente diferente en una sociedad en paz. Si han rechazado la violencia no hay motivo legal que les impida participar en cualquier cosa.

¿Se puede reconciliar la sociedad después de tantos años de desencuentros?

En Suráfrica el nivel de violencia y desencuentro es muchísimo mayor que aquí, y ahora mismo están en un proceso de reconciliación. También en Irlanda del Norte o en Ruanda, donde el otro día le preguntaban a un hombre hutu por qué construía una casa para una familia tutsi, y decía 'yo maté a los padres y lo menos que puedo hacer es construir una casa para sus hijos'. Si en Ruanda se ha conseguido una reconciliación, aquí claro que es posible.

¿Ve muy lejos la paz?

Me gustaría saber la respuesta.


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