Cuáles son las actitudes de la fuerza no violenta

La no violencia no es sólo un conjunto de técnicas de lucha, es sobre todo una manera de entender y de vivir la vida y las relaciones, de la que se deriva esa forma de lucha. Presentamos a continuación, de forma resumida, algunas actitudes no violentas que dan alma y mucha más fuerza a estas técnicas. Son al mismo tiempo una guía para revisar nuestras actitudes.


Búsqueda de la verdad. No engañarnos ni engañar, evitar la ceguera y las versiones únicas e interesadas, abrirse a otras maneras de ver y vivir el conflicto.


Lucha por la justicia para todos. No solamente para el beneficio o los privilegios propios. El bien o lo es para todas las partes o no es bien; la justicia o lo es para todos o no es justicia. No confundamos la justicia con el deseo.


Respeto para todas las personas. Tanto para las que están con nosotros como para las que están contra nosotros. El odio al adversario es el veneno más destructivo. El adversario tiene que saber que lo combatiremos, pero que no le deseamos ni le haremos ningún daño. Lucha y respeto son compatibles.


Buscar espacios de diálogo y de contacto personal y amistoso con las personas que no piensan como nosotros, donde podamos escucharnos y comprendernos. Tenemos que ser capaces de convivir tranquilamente en la discrepancia, sin necesidad de renunciar a nada.


Rechazo de la violencia por ser incompatible con el respeto hacia las personas. La lucha sin respeto nos hace crueles y destructivos.


Rechazo de la pasividad ante la injusticia y la violación de los derechos humanos, por ser incompatible con la justicia y con el respeto por las personas. Ante los conflictos se tiene que actuar, no inhibirse o huir. El respeto sin lucha nos hace pasivos.


Coherencia entre medios y finalidades. No se puede obtener la justicia practicando el abuso, ni la verdad a partir de las mentiras, ni el respeto a partir del odio. Los medios utilizados condicionan absolutamente los resultados obtenidos. Por eso rechazamos la violencia.


Disposición permanente a la negociación y al pacto. No todo es igualmente innegociable. La intransigencia bloquea toda posibilidad de solución. La FLEXIBILIDAD en aquello que podemos ser flexibles da más fuerza a lo que es fundamental.


Utilizar la fortaleza interior en lugar de la fuerza física o fuerza bruta. “La auténtica fortaleza no proviene de la capacidad física, sino de la voluntad indomable” (Gandhi). Al final no prevalece quien ejerce más violencia, sino quien tiene más resistencia. Conviene buscar ESPACIOS DE SILENCIO para recuperar la paz y la fuerza interior y para recobrar la serenidad necesaria que nos haga perder el mundo de vista.


La solución justa y la reconciliación son el horizonte final de un conflicto, no deben pretender serlo ni la victoria ni la aniquilación del adversario.

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